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Disfagia, un problema muy habitual pero poco conocido.
Aproximadamente el 90% de la población que sufre disfagia no está diagnosticada ni correctamente tratada y sus complicaciones tienen una importante repercusión en la calidad de vida de los afectados.
El término disfagia hace referencia a cualquier dificultad de deglución tanto de alimentos sólidos como líquidos, desde su colocación en la cavidad oral y su transporte hasta la entrada en el esófago. Las causas son diversas, desde enfermedades o traumas del Sistema Nervioso Central, como Parkinson o accidentes cerebro vasculares a cirugías de cabeza y cuello, parálisis de nervios periféricos, tratamientos de radioterapia y quimioterapia e incluso el propio proceso de envejecimiento. Los signos más habituales que nos indican la presencia de disfagia son: frecuentes atragantamientos durante las comidas o con la propia saliva, pérdida de peso, desnutrición y deshidratación e infecciones de las vías respiratorias como la neumonía por aspiración.
Tras la exploración y diagnóstico por el especialista, es el logopeda el encargado de llevar a cabo el tratamiento mediante una serie de técnicas, maniobras y recomendaciones que a continuación se detallan:
Recomendaciones dietéticas:
- Dieta equilibrada y variada.
- Que aporte todos los nutrientes.
- Tomar el alimento en pequeñas cantidades
- Variar la consistencia y viscosidad espesando líquidos y triturando alimentos sólidos si es necesario.
- Evitar alimentos con dobles texturas como sopas y frutas que contengan mucho líquido.
Ejercicios neuromusculares y de estimulación sensorial:
- Movimientos específicos de protusión, retracción y estiramientos, estimulaciones táctiles y masajes de labios, lengua y velos del paladar.
- Ejercicios de cierre glótico mediante fonación sostenida y repetición de sonidos velares.
- Simulación del mecanismo de tos, ya que se trata del mecanismo de defensa efectivo que en caso de atragantamiento devuelve el alimento a la vía digestiva.
- Sensibilización de la cavidad oral mediante diferentes sabores, texturas y temperatura, ésta última juega un papel importante en la activación del reflejo deglutorio, el cual se consigue más fácilmente estimulando los pilares amigdalinos con frío.
Maniobras posturales que facilitan la deglución al modificar las dimensiones y posición del tracto faringolanringeo:
- Inclinación de cabeza hacia abajo, produciéndose cierre laríngeo y protección de la vía respiratoria. Se recomienda en caso de retraso del reflejo deglutorio.
- Inclinación de cabeza hacia atrás, facilitando el cierre nasofaríngeo y la propulsión del bolo. Recomendada en casos de escape del alimento por nariz y dificultades de propulsión lingual.
- Inclinación de cabeza hacia un lado, generalmente hacia el lado sano, facilitando así la deglución en casos de alteraciones sensitivas y hemiparesia laríngea.
- Rotación de cabeza, favoreciendo el cierre glótico del lado donde se gira la cabeza y el paso del bolo por el lado contrario.
Maniobras facilitadoras para una deglución segura:
- Degluciones múltiples: consiste en hacer varias degluciones tras la deglución del bolo. Indicada en pacientes en los que el bolo pasa con dificultad por faringe.
- Deglución forzada: el paciente ha de deglutir con esfuerzo, tensionando labios y musculatura de la garganta para favorecer la propulsión del bolo.
- Maniobra supraglótica: consiste en cesar la respiración voluntariamente antes de la deglución, se deglute y se tose inmediatamente después. Se consigue así cerrar la vía aérea y limpiar los posibles residuos de alimento. Indicada para pacientes con reducido cierre glótico y penetración en vestíbulo laríngeo.
- Maniobra super-supragótica: es similar a la anterior con la diferencia de que se realiza fuerza con las manos en alguna superficie, consiguiendo el cierre forzado de la vía aérea y el paso rápido del bolo.
- Maniobra de Mendelsohn: se eleva con los dedos la laringe del paciente durante la deglución y se mantiene elevada. Está indicada en pacientes con dificultad de apertura del esfínter esofágico y movimientos reducidos de laringe.
- Maniobra de Masako: Se realiza sujetando la lengua entre los dientes y deglutiendo saliva. Para pacientes con debilidad en los músculos de la faringe.
- Maniobra de Shaker: la realiza el paciente tumbado boca arriba y elevando la cabeza al deglutir durante unos segundos. Se estimula así la apertura del esfínter esofágico.
- Tos voluntaria: consiste en toser tras la deglución. Está indicada en casos de penetración de alimento en el vestíbulo laríngeo.
Laura Oliva. Logopeda.
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